La actividad cinegética se encuentra en su apogeo con los fríos del invierno. Una consecuencia directa de la regulación propia de la caza, que promueve una
explotación sostenible de este recurso para garantizar que, año tras año, el campo y la montaña se sigan llenando de reses y aves listas para que los cazadores los conviertan en
Carnes de Caza Silvestre.